sábado, 28 de agosto de 2010

EDUCAR PARA PROTEGER: LAS TIC Y LOS NIÑOS DE HOY


Nos encontramos ante un hito único en la Historia: la revolución tecnológica ha sido tan acelerada en los últimos quince años que las madres y los padres se encuentran en la situación de tener que educar a sus hijas e hijos en un ámbito –las nuevas tecnologías de información y comunicación- para el que, en la mayoría de los casos, ellos mismos no han tenido ni la formación ni el tiempo necesarios para adaptarse.

Estos niños han asimilado de forma natural su entorno digital. Para ellos, las TIC han dejado de ser un capricho, y ya están completamente integradas en todas las facetas de sus vidas. En este nuevo entorno debemos entender sus necesidades tecnológicas, y los usos que ellos hacen
de las TIC.

Los padres y las madres necesitan conocer las TIC para decidir cómo quieren educar con respecto a ellas, ayudar a obtener todas las ventajas y beneficios que aportan, y proteger de los riesgos. Pero, sobre todo, necesitan conocer estas tecnologías para poder argumentar y negociar con sus hijos e hijas, y no sentirse en desventaja y sin autoridad en el proceso educativo.

La educación en TIC no se limita a una cuestión de competencia técnica. Quizá los hijos y las hijas tengan mucho que enseñar a sus progenitores sobre “cómo” usar las TIC, pero son las madres y los padres los que deben enseñarles “qué” hacer con ellas, “para qué” utilizarlas, y a hacerlo de un modo provechoso, responsable y seguro.

¿POR QUÉ NECESITAN NUESTROS HIJOS LAS TIC?

- Alfabetización tecnológica: el uso de las TIC es hoy tan indispensable como la adquisición de nociones tan básicas como leer y escribir. Buena parte de las posibilidades de actuación que uno tiene sobre la realidad dependen de las capacidades de interactuación con las TIC que posea.

- Desarrollo social: el núcleo fundamental de las TIC es la comunicación: sirven para poner en contacto a unas personas con otras. Se han impuesto nuevas formas de interacción social que antes no existían (foros, redes sociales, bitácoras, wikis, etc.) de las que nuestras hijas e hijos quedarán excluidos si desconocen los mecanismos que regulan dichos procesos comunicativos.

- Apoyo al aprendizaje: las TIC, y muy especialmente Internet, suponen una fuente inagotable de conocimiento que puede ser aprovechada por padres e hijos, tanto para formarse como educadores (los primeros), como para ser educados (los segundos).

- Futuro desarrollo profesional: las TIC están muy arraigadas en el ámbito laboral por todos los beneficios que suponen en cuanto a la comunicación, al trabajo colaborativo, a la simplificación de tareas que antes resultaban mucho más arduas… Si nuestros hijos e hijas no adquieren a tiempo la competencia necesaria, se estarán cerrando muchas salidas profesionales.

- Ocio y desarrollo personal: las TIC ofrecen grandes posibilidades para el entretenimiento y la diversión. Se pueden realizar muchas actividades que, además de ser divertidas, nos nutren en lo personal, algo que nos hace entrar en la dimensión más positiva del ocio. Dada la gran interactividad y la diversidad de información a la que podemos acceder a través de las TIC, estos medios tienen unas enormes posibilidades para realizar actividades de ocio dotadas de un gran potencial educativo.

Cuando utilizan las TIC, nuestros hijos e hijas, muchas veces sin saberlo, están aprendiendo a la vez que juegan.

LOS NIÑOS DE AYER Y DE HOY
Las TIC están presentes en muchas de las actividades y tareas que realizamos a diario, y también en aquellas que afectan directamente a la vida de los más pequeños: el ocio, la educación, la comunicación y la forma de relacionarse con los demás.

Las TIC han modificado los hábitos de los niños y las niñas. Sin embargo, la esencia de las actividades que realizaban antes y las que realizan ahora es la misma. Tan sólo se ha producido una evolución natural:
- Antes jugábamos en la calle y ahora juegan con videojuegos.
- Antes leíamos libros en papel, y ahora leen en la pantalla.
- Antes nos comunicábamos a gritos y por señas, y ahora tienen teléfono móvil.
- Antes escribíamos en un cuaderno, y ahora buscan e imprimen.
Lo que realmente marca la diferencia es la aparición de un nuevo hábito que antes no existía: el uso de TIC como fin en sí mismo, y no como herramienta o vía para algo más.
Este es el cambio al que debemos prestar mayor atención, porque afecta a la esencia de las actividades que realizamos tanto nosotros como nuestros hijos e hijas.
Existe el riesgo de que la propia actividad pierda protagonismo frente al “cómo se realiza”: el niño no quiere hablar con su hermana, pero sí conectarse al Messenger.
No quiere jugar en la calle, pero sí a la videoconsola. Ve la televisión independientemente de que le guste o no lo que vea.

Las TIC imponen también un ritmo de consumo sin precedentes: estamos en la cultura de lo instantáneo. Obtenemos lo que queremos aquí y ahora porque lo tenemos todo al alcance de la mano. Mientras que a un adulto eso le supone una enorme ventaja para alcanzar sus objetivos, el niño debe acostumbrarse a valorar lo que tiene, a tener paciencia, a decidir qué quiere y qué no quiere, y a esforzarse cuanto sea necesario para conseguirlo.

Tomado de : Guia Educar para Proteger, Junta de Andalucía , Consejería de Innovacion Ciencia y Empresa

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