martes, 30 de marzo de 2010

MANUAL PARA CRIAR FUTUROS CORRUPTOS

El presente articulo pertenece Gustavo Rodriguez (Lima 1968) y se publicó en el Diario El Comercio Ocubre del 2009. La crudeza del tema no debe ofender a nadie, simplemente es un buen articulo para meditar y pensar en el futuro sacando cuentas de lo que ahora hacemos con nuestro hijos.


1- No abrace a sus hijos, no les diga que los quiere, no les lea cuentos a la hora de dormir. Los niños que son criados con carencias de afecto más adelante suelen sustituir el cariño esquivo con reemplazos equivocados. Figuración social, aún a costa de delinquir, podría ser uno de ellos.

2- En la línea de lo anterior, y para hacer más efectivo el proceso, deles dinero o cosas materiales a cambio del tiempo que no esté con ellos. Es más: deles dinero sin ton ni son y que sientan, en lo posible, que no es necesario trabajar ni un poquito para ganárselo. Al crecer con esa noción en la cabeza, les parecerá muy natural ganar dinero fácil gracias a un soborno.

3- Dígales que es malo robar, que las leyes se han hecho para respetarse y, a la primera que pueda, pásese un semáforo en rojo. Explíqueles: “Es que estaba apurado. Si no lo hacía, no íbamos a llegar a tiempo”. Estas contradicciones generarán, gota a gota, la idea de que la moral es totalmente elástica y puede acomodarse a los objetivos de cada quien.

4- Nunca los lleve a viajar por su país. En el caso del mío, el Perú, que no vean el techo azul de la sierra, o los ríos anchos de la selva. Que no escuchen a los uros contar dulcemente cómo fabrican sus islas flotantes. Que no escuchen a las niñitas del Colca relatar cómo el cóndor se robó a una pastorcita para tener más hijos. Jamás, bajo ningún motivo, los abrace contemplando un atardecer en Huanchaco, mientras les susurra que los Mochicas vieron ese mismo sol desde ese mismo lugar.

5- Para hacer más efectivo el consejo anterior, matricúlelos en un colegio que inculque el amor a la patria mediante desfiles de tipo militar o cantos a la bandera con palabras que no entienden. Serán años y años de inversión inútil, pues a la patria no se la llega a amar por imposición: se la quiere luego de compartir emociones lindas con ella.

6- Si alguna vez acude al cine con ellos, y alguien se cuela en la fila, finja que no lo vio. Nunca reclame por sus derechos ni por los de otros. De esta manera, sus hijos entenderán que usted avala la ley del más vivo, y que los sapos jamás reciben su merecido.

7- Dígales que la mentira es malísima. Eso sí: la próxima vez que una persona le llame por teléfono y usted no quiera contestarle, susúrreles a sus niños: “Dile que no estoy”.

8- Cuando tenga un desperdicio en mitad de la calle, no se lo guarde en el bolsillo. Bótelo en la vereda delante de ellos, y siga como si nada. La naturalidad es importante. Este ejercicio tan sencillo hará que sus hijos crezcan con la idea de que el espacio público es tierra de nadie, cuando debería ser tierra de todos. Cuando algo es de nadie, ¿quién te puede reclamar por usarlo mal? Así, si alguna vez trabajan en el Estado, también pensaran que sus recursos son de “nadie”, cuando en realidad son de todos.

9- Llegue siempre tarde a sus citas, y asegúrese de que sus hijos crezcan con la idea de que no tiene nada de malo. La impuntualidad es la forma más taimada de robo, pues se disfraza de pecado venial cuando en verdad es abominable. El dinero robado se puede devolver; el tiempo que vivimos, jamás.

www.gustavorodriguez.pe.

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