jueves, 23 de octubre de 2008

EL LIBRO QUE SHI HUANG TI NO PUDO QUEMAR

En el siglo III antes de Jesucristo reinó en China el Emperador Shi Huang Ti.

Shi Huang Ti tuvo la descabellada idea de que su pueblo olvidara cuanto había sucedido antes de que él fuera Emperador, y por eso decidió llamarse Shi Huang ti, el Primer Emperador. Su propósito era que la historia empezara con él, ya que pretendía fundar una dinastía inmortal y que sus herederos se llamaran Segundo Emperador, Tercer Emperador, Cuarto Emperador, así sucesivamente hasta el final de los tiempos.

El Emperador Shi Huang Ti se percató muy pronto de que los libros eran un gran obstáculo para poner en práctica su idea. Había libros en los que se hablaba de los emperadores anteriores a él, Shi Huang Ti, y en ellos se contaban las batallas que libraron y los templos y palacios que mandaron construir. Se mencionaban, además los nombres de las esposas y de los hijos de los emperadores.

Shi Huang Ti no podía soportarlo. Él quería ser El Primero. Pero cualquiera que abriera un libro sabría que habían existido otros emperadores antes que él y pensaría que su Emperador mentía.

En otros libros y documentos los antiguos habían dejado escritas también sus observaciones de las estrellas y de la luna, las clases de flores que alegran los campos en primavera, las cuentas aritméticas, la canciones que cantaban los campesinos cuando llegaba la cosecha del arroz y las amargas quejas de las mujeres cuando sus hijos y esposos iban a luchar por sus emperadores contra los enemigos de China. Todas estas cosas y muchas más se contaban en miles de libros y documentos.

Después de mucho cavilar, el Emperador Shi Huang Ti llegó a la conclusión de que mientras hubiera libros, él no podría llamarse Primer Emperador de la China.

Por esta razón Shi Huang Ti dispuso que fueran quemados todos los libros escritos antes de su reinado. De esta forma, su pueblo no podría conocer los grandes hechos de sus antepasados y no alabarían a otro Emperador que no fuera él.

Libros ardieron a millares, pero Shi Huang Ti no pudo lograr su propósito de borrar el pasado de China. Cuando murió, su historia se escribió en un libro, y gracias a ese libro sabemos hoy nosotros que Shi Huang Ti no fue el Primer Emperador de China.

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