ORIGENES DEL CULTO AL SEÑOR DE LOS MILAGROS
El Mes de Octubre de cada año una inmensa concentración de fieles sigue la procesión del Señor de los Milagros por las calles de Lima. Este mismo acto se realiza en cada rincón del país donde en los últimos años se ha difundido la costumbre de sacar las andas del Señor como una muestra de fe que se ha descentralizado y se ha hecho fiesta religiosa nacional.
Hay que haber estado allí, en medio de ese mar humano vestido de morado que lo sigue y reza con devoción , para poder explicar la emoción que rodea el ambiente y la especial devoción que causa esta expresión religiosa tan sincera.
Justo es recordar sus humildes orígenes allá por el año de 1651 durante la época del Virrreynato, entonces un humilde esclavo angoleño cuyo nombre la historia no ha registrado,pintó en la humilde pared de un galpón por la zona de Pachacamilla (entonces quedaba en las afueras de Lima y hoy viene a ser el lugar del Templo de las Nazarenas en la cuadra 4 del Jr. Huancavelica) un retrato de Jesús Crucificado para veneración de la humilde cofradía de esclavos a la que pertenecía.
El 13 de Noviembre de 1655 a las 2.45 pm de ese día Sábado, un impresionante terremoto asoló a Lima y Callao causando terrible destrucción , cayeron templos y mansiones pero la humilde pared de adobe que tenía pintado al Cristo Cucificado se mantuvo en pie.
Los Esclavos que lo veneraban fueron trasladados a otros lugares, y pasaron 16 años de abandono hasta que un personaje poco conocido : Andres de León retomó el culto a la sagrada imagen debido a una milagrosa sanación que le hiciera merced a su devoción. Fue él quien reinició y promovió la fe al Cristo de Pachacamilla.
LA PROHIBICION DEL CULTO AL SEÑOR DE LOS MILAGROS
Tanto se extendió la fe y la convocatoria masiva que inspiraba la imagen , que la Iglesia celosa de no ser partícipe de esas expresiones populares ordenó que se borrara la imagen, Tres personas distintas intentaron hacerlo, las dos primeras se retiraron presas de pavor y de convulsiones y sin poder articular palabra, el tercero fue un soldado que desdeñando los intentos anteriores acometió con decisión su tarea, una vez colocado al frente de la imagen quedó en estado de éxtasis maravillado por la manera como la imagen a sus ojos cobraba colores y destellos vivos.
En ese punto y rodeado de fieles que se protestaban por la decisión de borrar la imagen, el cielo de Lima oscureció y se desató un inusual aguacero, fue tal la violencia y la furia con que caía y tan súbito el cambio de clima que se interpretó como una señal divina de enojo por tamaña afrenta.
Se retiraron las autoridades eclesiásticas y dieron parte de inmediato al Virrey Conde Lemos de tal extraordinario suceso y todos juntos dejaron sin efecto la orden de borrar la imagen y más bien autorizaron oficialmente el culto al Cristo de la Pachacamilla o de Las Maravillas como también se le empezó a llamar.
El propio Virrey Conde de Lemos se hizo devoto del Cristo Cucificado y ordenó que se levante un templo en el mismo lugar de la pared de adobe, donde hoy se levanta el Convento de las Nazarenas.
continuaremos....
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