jueves, 26 de febrero de 2009

LA FALSA APARIENCIA DEL COMUNISMO CHINO


Seguimos entegando extractos de la obra de Don Herbert Morote , ensayista e investigador reconocido por su visión de los hechos contemporáneos.

Sus tesis son discutibles y por ello causan adhesión o rechazo; precisamente esa es la esencia del conocimiento...dudar, cuestionar, objetar luego aceptar, modificar, recrear...despleguemos un espíritu crítico en cada ocasión y que hagamos que sirva para transformar nuestros conceptos en una permanente búsqueda de la verdad.

Aunque nadie sea dueña de ella , perseguirla es estar vivo.

La falsa apariencia del comunismo chino.
Pag 42-43 de “¿Pero...tiene el Perú salvación?”

“Mientras que Gorbachov acabó en pocos años con la Unión Soviética y Yeltsin entregó Rusia irresponsablemente al peor capitalismo de mafias que trabajan en la impunidad más absoluta sin que les importe llevar a la miseria a millones de compatriotas, los líderes chinos, astutamente, sin perder en ningún momento el control del pueblo, están acercándose con pasos seguros a un capitalismo de la peor especie, imponiendo sus condiciones y haciendo gala de un gobierno estable, sólido.

Cualquier atisbo de protesta o el más remoto peligro de rebelión o desorden son eliminados drásticamente, por ejemplo: la pena de muerte es una máquina en constante funcionamiento. El príncipe es el príncipe, el ministro es el ministro y el pueblo es el pueblo. Cada uno tiene que realizar su tarea para el bienestar común de China, diría Confucio.

¿Qué es entonces lo que queda de comunismo en China? Lo que queda es lo que nunca ha cambiado, un gobierno fuerte, unos líderes en los cuales confía la maquinaria del Estado, una sólida unidad política, todo esto apoyado por un ejército poderoso y una policía secreta discreta, eficiente y a la vez implacable. ¿Corrupción? Sí, es inevitable, pero cada vez es menos y está reducida a autoridades regionales que periódicamente son llevados al cadalso o a los altos mandos del ejército que son intocables ya que el Ejército depende del Partido Comunista y no
del gobierno.

El enriquecimiento de los nuevos ricos chinos es insultante si tomamos en cuenta que todavía el 80% de su población vive míseramente en el entorno rural. La solidaridad con el chino pobre es inexistente. Veamos algunas muestras de los signos exteriores de riqueza chinos.

• El diario Daily China dice que en 2004 se vendieron en su país 100,000 automóviles de lujo, entre ellos Rolls Royce, Maseratti, Lamborghini, Mercedes Benz, BMW.

• Es posible que no haya en el mundo, salvo, quizá, Ginza en Tokio, una calle más lujosa que la Huaihai Road de Shangai, donde en seis kilómetros están representadas las más caras tiendas del orbe. Y no sólo es Shangai, casi todas la grandes ciudades chinas tienen centros comerciales dedicados exclusivamente a artículos de lujo.

• La importancia y volumen de ventas de los artículos de lujo en China es tal que la revista Time dedicó el suplemento de primavera * de 2005 a este fenómeno.

• Según la famosa empresa de finanzas Goldman Sachs, China consume actualmente el 12% de todos los artículos de lujo del mundo. En 2008 consumirá el 20% y el año 2015 consumirá tantos artículos de lujo como Japón, que es el primer mercado mundial con el 41%.

• En 1982 se vendieron en China 24 millones de dólares en cosméticos y artículos de belleza; el año 2005 se estima que se vendieron (por favor, digiera esta cifra) 21,000,000,000. Sí, 21 mil millones de dólares.

• Mientras que Hugo Chávez clausuró por un tiempo la cadena McDonald´s, el año 2005 se abrieron 600 tiendas de esa empresa en China y 1,000 lo harán el 2006.

• El gobierno chino calcula que en los próximos cinco años se privatizarán 100,000 empresas estatales.

China, de comunista, no tiene más que su estructura política y policial que no permite protestas ni críticas. La única libertad que tienen sus ciudadanos es crear riqueza sin opinar, pero el pueblo no protesta porque nunca hizo otra cosa que aceptar las órdenes de los gobernantes y de sus mayores.

Nosotros, los occidentales, siempre estamos intrigados por esta sumisa actitud y creemos encontrar fallos y les pronosticamos revoluciones, “ah, cuando el pueblo chino se levante...”, “ya verán cuando los chinos se den cuenta...”. Para bien o para mal esos augurios son vanos ejercicios mentales de intelectuales ociosos.

Por el momento lo único cierto es, que en este marco de orden, China ingresa a competir en la globalización en perjuicio principalmente de Latinoamérica.”

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