Si Ud. es padre de familia perteneciente a estás decádas estará ya muy cerca de los cincuenta años o bordeando los cuarenta. Para un adolescente eso es incalculable y lejano , al punto que a los de 20 o más les dicen "viejos".
Decía el Profesor Emilio Tenti de la Universidad de Buenos Aires, que los dramáticos "cambios en la demografía, la morfología y la cultura de las nuevas generaciones pone en crisis la oferta tradicional de educación escolar" (CULTURA JUVENIL Y CULTURA ESCOLAR) en el mismo sentido cabe preguntarse si lo que se ofrece como educación en la mayoría de los establecimiento educativos es lo que los jóvenes desearían aprender o reforzar para asentar "lo que ya traen puesto" en razón a ser precisamente contemporáneos de todos los avances tecnológicos .
Eso desde luego merece un muchos artículos más, en líneas generales podemos afirmar que educar a los jóvenes es escucharlos para reconocer sus intereses y aspiraciones de cuya conjunción resulta la mejor disposición al aprendizaje (ver ¿Y cuándo vamos a escuchar a los jóvenes?), están destinados al fracaso todo intento en contrario.
Hasta hace muy poco , algunos estábamos acostumbrados a comparar "la educación de antes" con la de ahora y con terrible miopía para distinguir el tema, juzgábamos con insatisfacción la educación de nuestros hijos. Como si nada hubiera cambiado.
El hecho es que en los sesenta y lo setenta no imaginábamos lo que sería estos días. Si antes se podía llevar música a todas partes cargando el tocadisco "portátil" y una colección de discos de vinilo, hoy podemos llevar cientos de canciones en un dispositivo USB con sonido digital en el bolsillo de la camisa.
Pero sin duda, los que más puede preocuparnos es el clima de violencia que se vive entre los propios jóvenes , sus diferencias no admiten debate o confrontación de ideas, simplemente se reducen al enfrentamiento físico, a la agresión tumultuosa. Seres humanos en ebullición parecen verdaderas tribus regresionando a nuestras más primitivas raíces.
La Educación del futuro , del presente o de siempre, tiene que encargarse de formar seres humanos capaces de convivir en el mismo espacio geográfico y social, dotarlos de capacidades y habilidades para la tolerancia y la aceptación de diferencias y disimilitudes, y esta tarea supera el inútil debate de si la escuela o la familia es la encargada de formar en valores (frase tan desgastada y por tanto de uso inútil).
Los jóvenes de hoy serán adultos mañana y educarán en casa según lo aprendido en la escuela, así que tengamos en cuenta que : buenos estudiantes=buenos hijos que luego serán buenos padres para formar buena familia. Precisamente el binomio escuela familia constituye el elemento de contingencia más importante frente a estas manifestaciones de ruptura social entre grupos etarios.
Veamos el siguiente video que tomado en un noticiero del hermano país de México refleja la misma situación en cualquier lugar del mundo.
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