De la página DEBATS D EDUCACIÓ Publicación Catalana hemos recogido este interesante resumen de la conferencia de Daniel Innerarity Catedrático de Filosofía Política y Social de la Universidad del País Vasco, reciente y brillantemente pronunciada el 11 de Mayo en Barcelona.
1. ¿Qué es la sociedad del conocimiento? ¿Cuáles son sus características definitorias?
• La riqueza ya no son sólo los recursos físicos. La riqueza consiste en poder controlar el conocimiento. Nuevas formas de conocimiento impregnan las actividades sociales.
• Ha cambiado el tipo de saber que apreciamos. Ahora ya no se valora tanto un saber acumulativo y preceptivo (que siga unas normas establecidas que después sólo hay que aplicar) como un saber basado en la creación de conocimiento, reflexivo, con espíritu crítico. No es un saber basado en la experiencia, sino un saber que se produce en procesos activos de aprendizaje, que genera expectativas de aprendizaje y no normas.
• Se han multiplicado los actores que generan conocimiento experto. Antes el conocimiento era patrimonio de unos pocos o de unas instituciones dedicadas a crear conocimiento (la universidad o la ciencia tenían el monopolio del saber). Ahora se han instaurado mecanismos de reflexión, de investigación y de innovación en todos los sectores y ámbitos sociales.
• El saber que buscamos no es el de las personas, sino el de los procesos. No se busca ser inteligente como persona, sino que la sociedad sea inteligente, que la tecnología que usamos sea inteligente. Y esta inteligencia no es la suma de la inteligencia individual, sino un tipo de inteligencia que se logra en colectividad (por ejemplo, ¿de qué sirve fichar a figuras galácticas si el equipo no funciona?).
• Una de las características principales de la sociedad del conocimiento es qué en realidad es la sociedad del desconocimiento. La ignorancia desarrolla un papel fundamental. Nunca tenemos toda la información; no sabemos poco, pero no sabemos lo suficiente por la complejidad de las empresas en las que nos embarcamos. «Nos hemos metido en un lío».
• En este contexto de desconocimiento e incertidumbre hay que actuar. Tenemos que gestionar el desconocimiento. Hay que actuar aunque no tengamos toda la información (por ejemplo, los políticos deciden cerrar el espacio aéreo ante el peligro de la nube de cenizas del volcán islandés; pero no saben si realmente la nube es peligrosa para la navegación aérea).
2. Paradojas e inconvenientes de la sociedad del conocimiento
a) No tenemos un conocimiento inmediato de la realidad. Casi todo lo que sabemos es porque lo hemos «oído decir». Pero este hecho nos da la oportunidad de saber más cosas que si sólo supiéramos aquello de lo que hemos tenido un conocimiento directo. Es un hecho positivo, pero también implica que estamos manipulados por un conocimiento que no hemos adquirido con nuestra experiencia.
b) Sufrimos un proceso de infoxicación. Nuestro problema no es la ignorancia, sino el exceso de información, que causa confusión. El enemigo de la inteligencia es el exceso de información. Estamos muy informados pero no bien orientados. Vivimos en uno entorno de información basura que hay que separar de entre la buena información.
c) Somos usuarios sumisos. Vivimos en una sociedad más inteligente que nosotros como individuos. Estamos rodeados de máquinas y de expertos en los que hay que confiar. Hay procesos diarios que no controlamos (cómo funciona el coche o el ordenador), que sólo controlan los expertos. Ha aumentado el volumen de saber que se consume pero que no se entiende. «La civilización aumenta cuando hay más cosas que pueden hacerse sin pensar en ellas».
3. ¿Qué significa ser creativo?
• Gestionar la información. Saber dónde hay el saber, qué conocimiento es prescindible y qué hay que ignorar. El que es creativo es el que nos dice qué no hay que saber.
• Gestionar técnicas que nos permitan salir adelante con un saber incompleto. Y eso es lo que hay que enseñar: a desenvolverse bien sin saberlo todo.
• Estar muy formado significa estar preparado para aniquilar información.
• El aprendizaje creativo no se basa en un aprendizaje acumulativo en el que ante unos problemas se aplican unas normas y se solucionan estos problemas. El aprendizaje creativo amplía el repertorio de posibilidades; es un aprendizaje reflexivo. No busca soluciones, sino que intenta identificar los problemas. Y esto es básico en la sociedad del conocimiento.
• El aprendizaje creativo se produce en un entorno inestable y en cambio constante. Así pues, hay que estar preparado para un aprendizaje que desestabiliza, que entra en conflicto con lo que ya se sabía anteriormente y que provoca reflexiones y cambios. El aprendizaje no se acumula, se cambia. Y educar en esta línea es difícil. Una educación en la doctrina es mucho más fácil.
• El verdadero aprendizaje creativo es el que aprovecha la decepción. El ser humano tiene una gran tendencia a fabricar coreografías de la autocontemplación (busca en la realidad la confirmación de aquello que defiende). Pero lo que hay que hacer es «leer al enemigo» y buscar en qué fallamos. Entonces, hay que reaccionar modificando no la realidad, sino nuestras expectativas.
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