Joseph Stiglitz , Premio Nobel de Economía 2001 y uno de los más lúcidos científicos de USA , es el autor de la frase que encabeza este post. El distinguido Economista ha lanzado desde siempre su voz de alerta acerca de los TLC tan estimados hoy en nuestra Patria y gran parte de L.A. al considerar que aumentan las desigualdades sociales y agudizan la pobreza en los núcleos rurales.
Señala también la profunda asimetría que se producen en los intercambios liberados y las desventajas de posicionamiento comercial entre economías tan dispares en donde el más fuerte resulta engullendóse al más débil.
Su voz no es la única, Geoffrey Garrett profesor de Ciencia Política de la UCLA (Universidad de California, Los Angeles) también ha escrito ampliamente sobre numerosos aspectos de la economía política mundial, incluidas las causas y los efectos del libre comercio y la movilidad del capital, el crecimiento económico y la desigualdad en todo el mundo, las interacciones entre los gobiernos y los sindicatos, la política de la política macroeconómica, la privatización y la Fondo Monetario Internacional
El siguiente es un extracto del ensayo “Pero ..¿tiene el Perú salvación?” pags. 35-36 perteneciente al Dr. Herbert Morote, que mantiene viva y presente las tesis de tan reconocidos científicos referidas a la globalización y las modalidades de comercio surgidas de ella.
"Por fin se están oyendo voces de alerta que no provienen de los enemigos de la democracia americana ni pertenecen a una izquierda obtusa, sino que salen de las mejores filas del intelecto estadounidense y cuya reputación está al margen de cualquier sospecha.
"Por fin se están oyendo voces de alerta que no provienen de los enemigos de la democracia americana ni pertenecen a una izquierda obtusa, sino que salen de las mejores filas del intelecto estadounidense y cuya reputación está al margen de cualquier sospecha.
Tomemos el caso de Geoffrey Garrett, Director del Centro de Relaciones Internacionales de la Universidad de California, autor de varios libros y artículos, y participante asiduo en foros internacionales.
Pues bien, en un artículo que no tiene desperdicio publicado en la prestigiosa revista Foreign Affairs, el profesor Garrett demuestra que “no sólo los países de economía intermedia son los menos beneficiados de la globalización sino que dentro de ellos a los que les ha ido peor son a los que se han globalizado más”. Por favor vuelvan a leer esta última afirmación, es por lo menos inquietante, echa por la borda toda esa retahíla de afirmaciones demagógicas de seudoeconomistas y políticos que nos arrojan al abismo de la globalización predicando todo lo contrario.
Confirman las aseveraciones de Garrett, el hecho de que los ahora grandes tigres asiáticos como Japón, Corea de Sur, Taiwán, mantuvieron la misma estrategia y no abrieron su economía, no bajaron sus tarifas arancelarias, no permitieron el flujo libre de capitales, hasta que sus industrias fueron lo suficientemente fuertes para competir en áreas como electrónica y automóviles.
Mientras tanto sus empresas estuvieron fuertemente protegidas tanto en créditos financieros preferenciales como en protección de su mercado interno. En otras palabras, mientras que los tigres fueron cachorros se encerraron en su jaula hasta crecer y hacerse fuertes, una vez logrado esto abrieron la reja y se lanzaron a conquistar el mundo.
En el Perú se habla con razón del milagro chileno, pero se le confunde como si los “Chicago Boys”* de la época de Pinochet hubieran recomendado la apertura de sus fronteras a productos extranjeros. No fue así, ni es así, Chile abrió sus fronteras a capitales extranjeros para invertir en su país, no para ser invadidos con productos ridículos y superfluos como los que abarrotan las estanterías de los supermercados peruanos. Es ahora, treinta y tantos años después de la caída de Salvador Allende, cuando Chile se siente fuerte y está dispuesto a firmar tratados de libre comercio con quien se ponga al frente.
Luego de oír las incansables declaraciones a favor del libre comercio que propugna Estados Unidos y la manera como protege sus propias fronteras, el premio Nobel Joseph Stiglitz recomendó sabiamente a los países: “no hagas lo que dice EE UU, haz lo que hace”.
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