Saber escribir tiene un valor incalculable en el ámbito académico, laboral y social. Gracias a esta habilidad podemos comunicar y dejar constancia de nuestras ideas y sentimientos, tanto para nuestros lectores como para nosotros mismos, ya que nos permite clarificar nuestros pensamientos y construir a partir de ellos.
Tener una buena expresión escrita implica la coordinación de conocimientos y habilidades muy complejos, hecho que tradicionalmente ha impuesto un reto enorme en su enseñanza y ha derivado, con demasiada frecuencia, en la fragmentación del proceso de escritura. Por un lado se enseña la gramática y por otro las convenciones de la lengua y, desafortunadamente, se tiende a dejar de lado las habilidades más complejas, las que tienen mayor peso en la redacción, es decir: comprender el contexto para identificar a quién se escribe, por qué se le escribe y determinar cuál es el papel del escritor.
Este párrafo pertenece al libro "La expresión escrita en alumnos de primaria", publicado en el año 2008 por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación de México y que en realidad es un muy buen material para el desarrollo de esta indispensable habilidad comunicativa, nos da a conocer una serie de estrategias didácticas que permiten la introducción a este sistema gráfico del idioma en un nivel donde es necesario el primer desarrollo de la escritura.
Notamos un gran interés en padres y docentes por la comprensión lectora y eso es muy loable, al lado de esa misma fortaleza se hace indispensable considerar la escritura como un medio de expresión igualmente importante para el alumno del nivel primario, pues la producción escrita es una inagotable fuente de contenido social que une y convoca a las personas entre sí.
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