lunes, 5 de julio de 2010

JOSE SARAMAGO : LAS PEQUEÑAS MEMORIAS

"Cuando fui a la escuela del Largo do Leao, la profesora de 2do grado (…) mandó que me sentara entre los más atrasados, los cuales en virtud de la disposición del aula , estaban en una especie de limbo, a la derecha de la profesora y enfrente de los más adelantados, que debía servirles de ejemplo. Más tarde , a los pocos días de que empezaran las clases, la profesora , a fin de averiguar como estábamos de familiarizados con las ciencias ortográficas , nos hizo un dictado . entonces yo tenía una caligrafía redonda y equilibrada, firme, buena para la edad. Pues bien, ocurrió que el Zezito (no tengo la culpa del diminutivo, así era como me llamaba la familia…) tuvo solo una falta de ortografía en el dictado.

Y fue aquí, ahora que lo pienso, donde comenzó la historia de mi vida (…) El mejor alumno de la clase ocupaba un pupitre justo al lado de la puerta de entrada y allí desempeñaba la honrosísima función de portero del aula, ya que era a él a quien le competía abrir la puerta cuando alguien llamaba desde la parte de afuera. Pues bien, la profesora, sorprendida por el talento ortográfico de un niño que acababa de llegar de otra escuela, o sea, sospechoso de ser mal estudiante, me mandó sentarme en el lugar del primero de la clase, en donde, claro está, no tuvo otro remedio que levantarse el monarca destronado que ahí se encontraba.

Me veo, como si ahora mismo estuviera sucediendo, recogiendo mis cosas apresuradamente, atravesando la clase en sentido longitudinal ante la mirada perpleja de los compañeros (¿Admirativa? ¿envidiosa?), y , con el corazón en desorden, sentándome en mi nuevo lugar.

Cuando el PEN Club me otorgó su premio por la novela “Levantado del suelo”, conté esta historia para asegurarles a los asistentes que ningún momento de gloria presente o futura podría, ni en sombras, comparársele a aquel. Hoy, sin embargo, no consigo dejar de pensar en el pobre muchachito, fríamente desalojado por una profesora que debía de saber tanto de pedagogía como yo de partículas subatómicas…”

(Extracto publicado por Jorge Eslava en Libros del Capitán Diario El Comercio ; Lima ,04 de Julio del 2010).

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