lunes, 1 de diciembre de 2008

CHINA : DE DONDE PROVIENE SU FUERZA






¿De dónde viene la fortaleza de los chinos?

Por: Herbert Morote.

En un alarde de simplicidad muchos analistas atribuyen la disciplina de la fuerza laboral china a la opresión que durante varias generaciones ha ejercido el riguroso sistema comunista. Pues bien, esa corta visión es totalmente errónea, es más, Mao no hubiera podido hacer lo que hizo sino hubiera contado ya con un pueblo con paciencia proverbial, respetuoso de los mayores, devota de los lazos familiares y listo a confiar de manera absoluta en sus líderes, sean estos Mao o Deng Xiaoping en China, o Mr. Lee Kuan Yew en Singapur.

Como sucede con todas las naciones, el carácter del país se forma a través de los siglos y China, al ser un país muy viejo, es buena muestra de ello. Todas sus grandes proezas, desde la construcción de la interminable muralla a la épica “larga marcha” de Mao, o a la trasformación de una isla sin importancia en una potencia industrial como es Taiwán, o un territorio pantanoso e infecto como era Singapur en una perla reluciente donde está el puerto más grande y eficiente del mundo, o aun el siniestro movimiento de la Revolución Cultural orquestada desde el gobierno, tienen como común denominador un pueblo manejable y dedicado que se deja llevar con fe ciega por sus líderes.

El carácter chino no es, pues, el resultado de la propaganda comunista. Mucho antes, los emperadores con sus mandarines administraban el país con sabiduría y eficiencia para ellos, los jefes, naturalmente. Cuando Europa se sacudía de la Edad Media y Estados Unidos ni existía, China era el país más avanzado del mundo en cultura, arte y tecnología. Y así siguió hasta el despegue de la era industrial en Europa a comienzos del siglo XIX. Es decir que China estaba a la cabeza del mundo hasta hace solo un par de siglos.

En este país no religioso, incluso ateo, la influencia y sabiduría de Confucio (551-479 antes de Cristo) caló profundamente en su espíritu. Salvo unos cortos periodos, el estudio de Confucio fue fomentado e impuesto por casi todas las dinastías desplazando al taoísmo y al budismo. Durante la dinastía de Han se obligó a que todos los funcionarios, aun del pueblo más remoto, lo estudiasen y promoviesen con ahínco. No les faltaba razón, el confucionismo va más allá de recomendaciones sobre virtudes morales: es, principalmente, una propuesta de orden y gobierno. Según el prestigioso historiador Will Durant* * “la doctrina de Confucio es válida hasta nuestros días a pesar de los cambios habidos en el mundo desde que fue escrita”. El historiador chino Bai Shouyi, muerto recientemente, dice en un libro editado por la prensa oficial china: “con toda propiedad Confucio debe ser apreciado por su gran contribución a la historia de la cultura de China.

Mientras que el énfasis del catolicismo reside en el cumplimiento de los 10 mandamientos, entre ellos algunos difícil de cumplir como “no desear la mujer de su prójimo” o “no mentir”. Lo que ha trascendido del confucionismo son principalmente sus normas administrativas fácilmente trasferibles del príncipe o mandarín al gerente o capataz.
He aquí unas cuántas perlas de Confucio, por favor deléitese leyéndolas lentamente para saborearlas después.

• Preguntado por un noble mandarín cuando se puede decir que hay un buen gobierno, Confucio respondió: “hay un buen gobierno cuando el príncipe es príncipe y el ministro es ministro; cuando el padre es padre y el hijo es hijo”.

• Confucio estaba de paso por un poblado y vio llorando a una mujer que le contó la razón de su pena, “un tigre mató a mi suegro, tiempo después mató a mi esposo, y ahora ha matado a mi hijo”. Cuando Confucio le preguntó por qué no se iba a vivir a otra parte, la mujer respondió: “aquí no hay tiranos”.
Dirigiéndose a sus discípulos, Confucio les dijo: “recuerden los tiranos son más peligrosos que los tigres”.

“El primer instrumento de un gobernante es el buen ejemplo. El segundo es hacer buenos nombramientos”. (Esto induce a preguntarnos ¿qué hubiera sido del Perú si nuestros líderes hubieran sido confucionistas? A propósito, Fujimori declaró ser cristiano.)

• Respondiendo a la pregunta de Tsze-kung, Confucio dijo, “El gobernante debe proveer a su pueblo de tres cosas, suficientes alimentos, buen equipamiento militar y que le tengan mucha fe (al gobernante)”. Entonces Tsze-kung le preguntó, “y si solamente puedo escoger dos cosas cuál eliminó”. Confucio le dijo: “elimina el equipamiento militar”. Después de meditar Tsze-kung insistió, “y si sólo puedo proveer una sola cosa cuál elimino y con cuál me quedo”.
Confucio le respondió, “puedes quitar los alimentos, pero nunca dejes que pierdan la confianza en ti, porque si la pierden el Estado no podrá sobrevivir”.

Así como el cristianismo está presente en la cultura, valores y conducta de los habitantes de Occidente, incluso de aquellos que se declaran ateos, irreligiosos o hasta anticlericales, así los chinos de hoy aunque no sepan quien fue Confucio mantienen los valores que éste y sus discípulos implantaron de manera perenne en la sociedad China. Quizá esto explica el comportamiento del gobierno de China y de sus habitantes.

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