sábado, 6 de diciembre de 2008

FRANCISCO DE PAULA GONZALES VIGIL : YO DEBO ACUSAR, YO ACUSO

Un gran escritor francés, Emilio Zola, hizo célebre la frase “Yo acuso”, sin imaginarse que al pronunciar dramáticamente estas palabras ante los tribunales de Francia estaba repitiendo la misma frase que varios lustros que antes había pronunciado un peruano ilustre ante la Cámara de Diputados.

Francisco de Paula Gonzáles Vigil, diputado por Tacna y una de las figuras más destacadas de los primeros parlamentos nacionales, lanzó en 1,832 su famosa catilinaria contra el presidente Agustín Gamarra, acusándolo de haber cometido violaciones graves a la constitución del Estado y concluyó con su conocido: “Yo debo acusar, yo acuso”.

Gonzáles Vigil adquiere desde entonces una visible notoriedad y se consagra como el abanderado en la defensa de la libertad y de la constitución convirtiéndose en uno de los pilares de la república en el apogeo de la anarquía y el caudillismo.

Gonzáles Vigil llegó al parlamento en 1,825, representando a la provincia de Arica y en sus primeros años pasó casi desapercibido, dándole a notar ocho años más tarde cuando pronunció su arenga contra Gamarra. Pero parece como si su auténtica vocación se hubiera resuelto en el Congreso, porque es aquí donde realizó su gran obra de bien nacional por espacio de treinta años.

ARENGA DE FRANCISCO DE PAULA GONZALES VIGIL CONTRA GAMARRA : PARLAMENTO PERUANO 1832

"Esta es una discusión que deberá contarse entre los progresos del sistema americano. El ejecutivo ha decretado la expulsión sin previo juicio del ciudadano Jaramillo. Ha deportado a un legislador y por orden suya se ha asaltado el sagrado depósito de una imprenta. Los cargos son graves y la Constitución impone el deber ineluctable de acusar.

Tengo que distinguir entre la dignidad de la función y la debilidad del hombre que la desempeña.

Yo entiendo que el magistrado no obra mal porque él es obra de las leyes, el que se sobrepone a ellas es el hombre y ese hombre, en tal caso, es un tirano y decid entonces que lo rodean el terror y el despotismo, pero no le deis el nombre de respetabilidad, porque la respetabilidad no puede nacer de la infracción de la ley. ¿Y si cae el gobernante se alterará la paz? Y yo pregunto a mi vez ¿Puede haber paz en el desorden?.

Cristo no vino a traer la paz sino la guerra porque el señor trajo una buena guerra para romper una mala paz. Se habla de la humana imperfección como excusa del incumplimiento de la ley, porque los hombres son lo que son, se han hecho las leyes para que sean lo que deben ser, se anuncia el caos pero los males del presente nada tienen que envidiar a los horrores que se preveen para el porvenir.

Si se nos objeta la sangre y el terror de la anarquía, objetaremos la sangre y el terror del despotismo, a más de la ignominia.

La nación nos está mirando en este instante y aguarda nuestra resolución para cubrirnos de gloria o de ignominia sempiterna. Yo debo acusar, yo acuso, para que sepa mi Patria y sepan también todos los pueblos libres, que cuando se trató de acusar al ejecutivo por haber infringido la Constitución, el Diputado Vigil dijo: ¡Yo debo acusar, yo acuso! .

(El material gráfico pertenece al Historiador Eduardo Dargent)

No hay comentarios:

Publicar un comentario