jueves, 4 de diciembre de 2008

DISFUTAR LO INMEDIATO : CARPE DIEM

Muchas veces nos hemos sentido desconcertados ante los nuevos modos de ser en la juventud actual. Sorprendidos por actitudes inpensables para nosotros damos rienda suelta a las consabidas comparaciones generacionales....¡En mis tiempos no hacíamos eso! y demás expresiones por el estilo que solo sirven para ahondar la brecha entre los jóvenes y sus mayores.

El siguiente es un artículo que pertenece a la Lic. Liliana Gallardo Echenique y que explica de alguna forma esos cambios .

Es original la denominación que emplea para referirse a los jóvenes de hoy.

LA GENERACION DEL "ME LLEGA"

Desde hace algunos años, la era del modernismo llegó a su fin, dando inicio al postmodernismo. El modernismo se ubicó a principios del siglo XX, siendo Europa su lugar protagónico. La sociedad moderna se caracterizó por ser dinámica, orientada al futuro, sin límites o estancamientos, negando lo antiguo y lo tradicional, al mismo tiempo que su ánimo era optimista y conquistador. En cambio, la sociedad postmoderna muestra una actitud de indignación moral ante los excesos y desastres provocados por la modernidad. En el postmodernismo, se cuestiona ciertos modelos de la modernidad y se privilegia la diversidad de género, raza, clases marginadas y una nueva moral sexual.

Después de la generación X, surge la generación Y, o como prefiero llamarla, la generación del “me llega” que comprende los niños nacidos entre 1981 y 2000. Según su filosofía, la vida se reduce al "aquí" y "ahora", valorándose sólo el presente, el día a día, en donde sus objetivos, inquietudes y propósitos deben de ser satisfechos. Sin lugar a dudas, este frenesí se sintetiza en la frase latina “carpe diem” que significa “coge el día”. Mientras que la idea de progreso y de planificación a futuro fue la característica del modernismo; en el postmodernismo, lo que importa es aprovechar al máximo el presente, vivir el día y pasarla bien.

Por lo tanto, el joven postmoderno desecha las normas y valores para entregarse al disfrute de lo inmediato siguiendo sus impulsos y pasiones. En consecuencia, hay "una demanda urgente" de placer, y una falta de motivación para asumir compromisos a largo plazo.

Acaso ¿este fenómeno indicará un signo de decadencia del mundo? Se podría entonces hablar de un nuevo acto social, de una nueva cultura urbana que apuesta sobre el placer a cualquier precio, siendo la satisfacción personal lo más importante, en donde, la importancia de la estética externa, la cultura de la apariencia, el valor al materialismo mal infundado, y la ruptura con el pasado son cuestiones elementales para los jóvenes postmodernos.

La Generación Y se caracteriza por la diversidad. Una formidable vitalidad se manifiesta en los jóvenes de hoy, una efervescencia que se encuentra en la música, en la moda, en la manera de hablar, pero sobre todo en las fiestas. La fiesta ha devenido, hoy en día, una manera de trabajar por la colectividad. En la fiesta, todos están de acuerdo, hay consenso, no hay cabida al debate; en donde los jóvenes explotan sus frustraciones y problemas cotidianos. Todo es motivo de celebración, no existen las excusas, si se está contento se celebra en una fiesta y, si se está triste o deprimido se ahoga la penas en ella.

¿Será la fiesta un refugio contra las miserias del mundo? Se puede decir que es una poción mágica que facilita la coexistencia entre los individuos, muchos de ellos marginados y oprimidos ya sea económica, cultural, política o socialmente, en donde, se baila para olvidar. En efecto, tiene que ver con la imposibilidad que tiene el joven de "lidiar directamente con las complejas realidades de la vida personal y pública de un país en conflicto”.

¿Qué significado tiene la fiesta para los jóvenes? Algunos significados son obvios como la libertad individual y el control del cuerpo a través de los tatuajes, el piercing y el consumo de drogas, o la búsqueda de una conexión o integración a un mundo cada vez más consumidor de entretenimiento. Pero a pesar de la grave crisis económica por la que atraviesa el Perú, el número de locales de entretenimiento ha aumentado. No es de extrañar, que el techno, rave, trance, hip-hop, entre otros nuevos géneros musicales tengan, como dicen los jóvenes, “tanta pegada”. Por esta razón, el “perreo” tiene tanto éxito en diversos locales de los conos de la ciudad de Lima, en donde, los jóvenes, dan rienda suelta a sus más ocultos y salvajes instintos.

Es tiempo de postmodernidad y tiempo de reconocer que cada día que transcurre en la vida debe de ser aprovechado al máximo, pero siempre mirando hacia el futuro, en donde la percepción respecto a todo horizonte de futuro es incierta para la generación Y.

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