"Vivimos en una sociedad en la que la violencia cotidiana se manifiesta de formas muy diversas. Nuestros centros educativos también viven inmersos en esa violencia en menor o mayor grado, muchas veces de forma soterrada. Una de esas manifestaciones que preocupan últimamente mucho a la sociedad es la del acoso escolar. Erradicar este tipo de violencia no es fácil porque muchas veces permanece oculta a los ojos de la mayoría. Y otras muchas, las personas asisten pasivamente a la violencia ejercida por una o varias personas que ejercen su poder frente a otra que es más débil.
Tenemos que tener muy claro que esa agresión silenciada puede llevarse a cabo de forma prolongada en el tiempo, porque la mayoría permanece impasible a esa tortura que supone esta forma de violencia. El acoso puede tener muchas caras: el hostigamiento verbal, la agresión física, el aislamiento social,… todas ellas son muestras cobardes de una violencia alimentada por la falta de empatía y tolerancia.
Como miembros de la comunidad educativa, como personas, tenemos que revisar nuestra forma de convivencia. Tenemos que tener claro que cuando miramos para otro lado no estamos inflingiendo un daño directo pero estamos permitiendo que la violencia siga su camino. No podemos permanecer mudos porque nos convertimos en cómplices. Podemos hacer muchas cosas a diario que mejoren nuestra convivencia y que pueden hacer que todos nos sintamos más a gusto. Cada uno podemos pensar qué podemos hacer para que en vez de hablar de “malos tratos” podamos hablar de “buenos tratos”.
Por todo ello, ante el acoso …¡ no callemos!.
Seminario de Salud de la zona de Navia-Coaña-Villayón (España)
En Navia a 30 de enero de 2007
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