miércoles, 22 de abril de 2009

ROL DE LA TUTORIA Y ORIENTACIÓN EDUCATIVA

(Tomado de la "Guía de detección del consumo de drogas y otras conductas de riesgo en la adolescencia" MINEDU 2006) -DESCARGAR

En nuestro sistema educativo, la Tutoría y Orientación Educativa permite articular los esfuerzos realizados desde la escuela para prevenir la violencia juvenil y otras conductas de riesgo, a través de la existencia de responsabilidades, tiempos y una organización específica para el desarrollo de la labor orientadora.

A través de la tutoría grupal e individual, la coordinación de la labor orientadora realizada por el Comité de Tutoría, Convivencia y Disciplina Escolar así como de las acciones previstas en el Plan Anual de la institución educativa, es posible implementar estrategias de prevención de la violencia juvenil a lo largo de todo el proceso educativo, de manera articulada al mismo e implicando al conjunto de miembros de la escuela.

Destacamos entre ellas:
  1. Desarrollo de habilidades sociales desde la hora de tutoría, el vínculo formativo con el tutor, y el fomento de la participación estudiantil en el conjunto de la vida escolar.
  2. Desarrollo de acciones desde el área vocacional de la tutoría, promoviendo en los estudiantes la construcción de un proyecto de vida acorde con sus características personales y las de su contexto, que favorezca su desarrollo y realización.
  3. Trabajo con los padres de familia, a través de la acción de los tutores y del Comité de Tutoría, Convivencia y Disciplina Escolar.
  4. Orientación entre pares, por medio de estudiantes monitores o líderes que apoyan a sus compañeros en algún aspecto de su desarrollo, como el académico o social.
  5. Promoción de una convivencia escolar democrática, que permanentemente brinde a los estudiantes un clima amigable y seguro en el aula y el conjunto de la escuela.

    Es preciso destacar de manera particular la importancia de la calidad y profundidad de la relación que los tutores establezcan con los estudiantes en la prevención de la violencia juvenil. La asunción básica de la tutoría es que cada estudiante necesita de un “adulto cercano” en la escuela, que lo conozca de manera más profunda y se preocupe personalmente por él (Sanz 2001).

    Experimentar relaciones en las que exista confianza y respeto, en las que sientan que pueden expresarse sincera y libremente, puede ser para muchos estudiantes una contribución decisiva en su proceso de desarrollo. No en vano, los estudiantes que
    se sienten reconocidos y apreciados al menos por un adulto en la escuela, disminuyen sus probabilidades de incurrir en actos violentos (Walker 1995).

    En esta misma línea, se ha identificado que los adolescentes en riesgo deben tener la oportunidad para observar e interactuar con personas que les sirvan de ejemplo o modelamiento positivo (Herrera & Morales 2005). Los tutores pueden y deben brindarles dicha oportunidad.

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