Sin ellas no hubiera sido posible escribir estas líneas.
Mucho más que una costilla (según el relato bíblico) ella es el verdadero soporte de nuestro orden social. Basta con verla cada día para comprender el papel irremplazable que ella desempeña y basta con tener la dicha de su ternura expresada en la suave melodía de su voz.
Sin ellas hubiera sido menos agradable escribir estas líneas...
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